“Si alguien pudo hacerlo, yo también puedo; y si nadie pudo, yo seré el primero”. 

Este poderoso lema encapsula parte de la filosofía del Programa Oportunidades FGK, una iniciativa que va más allá de las limitaciones autoimpuestas. Nos enseña que, sin importar quiénes seamos, de dónde venimos o nuestras condiciones, las personas menos esperadas son a menudo las que logran hazañas inimaginables. 

Desde mi infancia, sentí una curiosidad innata por entender cómo funcionaban las cosas que me rodeaban. Aunque destruí algunos juguetes debido a esta curiosidad, mi temor al mundo y sus riesgos no detuvo mi búsqueda de conocimiento. Fue en séptimo grado cuando conocí a las personas indicadas, quienes me apoyaron e instruyeron, convirtiéndome en un joven líder con valores logrando la excelencia académica. 

A lo largo de mi vida, el miedo al fracaso siempre estuvo presente. Sin embargo, escuchaba tanto a quienes depositaban su confianza en mí, alentándome a perseguir mis sueños, como a aquellos que sugerían buscar caminos más fáciles y abandonar mis aspiraciones. Fue en este período que exploré a fondo la informática y la tecnología, descubriendo mi verdadera pasión. 

Decidí desafiar el miedo y las dudas, postulándome para Oportunidades FGK. Fui seleccionado y, aunque me consideraba capaz de lograr muchas cosas, sabía que siempre habría más por aprender. Durante mi bachillerato, adquirí conocimientos en electrónica y continué investigando por mi cuenta. El programa fue la clave para potenciar todas mis habilidades. 

Desde el principio vi cómo mis compañeros y yo nos convertíamos en nuestras mejores versiones con cada clase, taller y la orientación docente adecuada. En 2022, logré el cuarto lugar en la categoría de ingeniería en la Feria CIMAT con un proyecto llamado “Empacadora Automática”. 

Al concluir mi tiempo en el programa, presentamos varios trabajos destacados en la Feria de Logros de 2023. Entre ellos, la “Empacadora Automática”, uno de los proyectos que desarrollé durante mi participación en la Fase 1. Aprendimos programación y construcción de planes con Arduino, exploramos la impresión 3D, desarrollamos lógica matemática, emprendimiento, y muchas otras habilidades que, en conjunto con mi formación en el centro escolar INSA durante el bachillerato, me permitieron crear este proyecto innovador. 

La “Empacadora Automática” combina sistemas mecánicos, eléctricos, electrónicos, informáticos y neumáticos para empacar productos, principalmente granos básicos, de manera automatizada. Utilizando materiales reutilizados y certificados según las normativas ISO 22000 para garantizar la inocuidad alimentaria, logré desarrollar una opción asequible para mejorar la producción y el empaquetado, generando oportunidades económicas y empleo, contribuyendo a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). 

El proyecto involucra elementos como metal reutilizado y acero inoxidable para las partes en contacto con el producto, plástico certificado, dispositivos eléctricos y electrónicos. Como etapas de reducción de voltaje, sensores, microcontroladores Arduino y un PLC (Controlador Lógico Programable) LOGO para controlar el proceso. La máquina, diseñada para empacar productos de manera eficiente, es un ejemplo de cómo la imaginación aplicada a elementos en esencia sencillos puede lograr resultados sorprendentes. 

En medio de mi formación y la realización de diversos proyectos, la “Empacadora Automática” se erigió como un hito desafiante en mi camino con el programa Oportunidades. Coordinar la maquinaria y la carga académica simultánea presentó desafíos sustanciales que demandaron tres intensos meses de trabajo. La complejidad del proyecto exigía atención minuciosa, con numerosas simulaciones y pruebas. La recalibración de última hora, necesaria debido al transporte para la feria, resalta la constante adaptación requerida en cualquier circunstancia en la vida. Estos obstáculos no solo subrayan la dificultad del proyecto, sino también la perseverancia y reflexión continuas necesarias para superarlos, siendo así, uno de los proyectos que más contribuyó a mi desarrollo personal, enseñándome valiosas lecciones, realzando la importancia de la resiliencia en el camino; uno de los principales valores inculcados en el programa Oportunidades. 

Constantemente, me enfrentaba al temor del fracaso, pero siempre recordaba que cuando hay voluntad, hay mil recursos, y cuando no hay voluntad, hay mil excusas. Gracias al programa Oportunidades, tuve la oportunidad de aprender, crecer y contribuir a mi comunidad. Presentar mi proyecto en la Feria CIMAT y en la Feria de Logros fue la culminación de años de esfuerzo y aprendizaje, así como también el inicio de una nueva etapa en mi vida. 

El programa Oportunidades ha sido una piedra angular en mi formación. Ahora, como estudiante universitario, contribuyo de diversas maneras a mi comunidad por medio de voluntariados. El programa me ha permitido acercarme a convertirme en la persona que aspiro ser y ser un agente de cambio en mi país, trabajando junto a otras personas comprometidas con cambiar nuestro entorno. Oportunidades no solo es un programa; es una puerta abierta hacia un futuro lleno de posibilidades y logros. 

Ser una persona enfocada, capaz de liderar y desenvolverse adecuadamente en cualquier entorno, generando soluciones a las problemáticas más complejas, contribuyendo a la sociedad, pero sobre todo siendo un profesional regido por principios éticos es apenas una parte de lo que engloba ser un ciudadano oportunidades.